Medio vivo medio muerto por bulevares del desconcierto
ni cuerpo deriva sangrante
ya que vengo recién saliendo de la curtiembre
donde fui despellejado vivo
y pude ver, a vista y paciencia de la sociedad de consumo,
como mi piel era machacada, puesta en sal en la curtiembre
y luego ofrecida al sol y a las moscas de la curtiembre.
Jamás olvidaré aquel hedor de la curtiembre,
ni la piedra de machacar, ni la sal, ni las moscas de la curtiembre
porque me despellejaron vivo a vista y paciencia de la inspección del trabajo,
a vista y paciencia de las reformas laborales y el sueldo mínimo,
me despellejaron en la curtiembre para fabricar chaucheras y corsés:
artículos de lujo para atraer a otros desgraciados a la curtiembre
que terminarán como yo: entrando y saliendo de la curtiembre,
como iguanas, despellejándose una y otra vez para la curtiembre.
todos los que han estado una y otra vez en la curtiembre
actúan como si jamás hubiesen puesto un pie en la curtiembre;
y a los señores de la curtiembre no les interesa ni tu carne ni tus interiores,
sólo les interesa despellejarte vivo, machacarte la piel en la curtiembre
y acelerar la regeneración para que ingresemos una y otra vez a los pabellones de la curtiembre.
Lo primero que te quitan son los párpados
para que jamás ingrese alguien dormido al mesón de la curtiembre
y te despellejan vivo para hacer spots televisivos de la faena de la curtiembre.
Machacan tu piel, la machacan una y otra vez los empleados de la curtiembre,
porque a los señores de la curtiembre no les gusta ensuciarse las manos,
sólo diseñan estrategias para aumentar la producción de la curtiembre
y hay que decirlo, los empleados, la mayoría de las veces, terminan descuerados también en la curtiembre.
No sé si sea bueno o malo, pero nadie termina muerto en la curtiembre,
al menos no en el corto plazo,
en algunas oportunidades eres despellejador, en otras despellejado.
puedes despellejar a tu esposa, a tus hijos o quizá ellos terminen despellejándote a tí,
porque así es la vida en la curtiembre,
es un ir y venir,
porque salimos y entramos una y otra vez a las dependencias de la curtiembre,
entramos para que nos despellejen vivos en la curtiembre,
para que nos rajen la piel en la curtiembre
ni cuerpo deriva sangrante
ya que vengo recién saliendo de la curtiembre
donde fui despellejado vivo
y pude ver, a vista y paciencia de la sociedad de consumo,
como mi piel era machacada, puesta en sal en la curtiembre
y luego ofrecida al sol y a las moscas de la curtiembre.
Jamás olvidaré aquel hedor de la curtiembre,
ni la piedra de machacar, ni la sal, ni las moscas de la curtiembre
porque me despellejaron vivo a vista y paciencia de la inspección del trabajo,
a vista y paciencia de las reformas laborales y el sueldo mínimo,
me despellejaron en la curtiembre para fabricar chaucheras y corsés:
artículos de lujo para atraer a otros desgraciados a la curtiembre
que terminarán como yo: entrando y saliendo de la curtiembre,
como iguanas, despellejándose una y otra vez para la curtiembre.
todos los que han estado una y otra vez en la curtiembre
actúan como si jamás hubiesen puesto un pie en la curtiembre;
y a los señores de la curtiembre no les interesa ni tu carne ni tus interiores,
sólo les interesa despellejarte vivo, machacarte la piel en la curtiembre
y acelerar la regeneración para que ingresemos una y otra vez a los pabellones de la curtiembre.
Lo primero que te quitan son los párpados
para que jamás ingrese alguien dormido al mesón de la curtiembre
y te despellejan vivo para hacer spots televisivos de la faena de la curtiembre.
Machacan tu piel, la machacan una y otra vez los empleados de la curtiembre,
porque a los señores de la curtiembre no les gusta ensuciarse las manos,
sólo diseñan estrategias para aumentar la producción de la curtiembre
y hay que decirlo, los empleados, la mayoría de las veces, terminan descuerados también en la curtiembre.
No sé si sea bueno o malo, pero nadie termina muerto en la curtiembre,
al menos no en el corto plazo,
en algunas oportunidades eres despellejador, en otras despellejado.
puedes despellejar a tu esposa, a tus hijos o quizá ellos terminen despellejándote a tí,
porque así es la vida en la curtiembre,
es un ir y venir,
porque salimos y entramos una y otra vez a las dependencias de la curtiembre,
entramos para que nos despellejen vivos en la curtiembre,
para que nos rajen la piel en la curtiembre
y la machaquen, la machaquen una y otra vez.
1 comentario:
gracias gustavo.
eres muy valiente y generoso por hacerte cargo de tanto dolor.
me gusta y angustia tu fuerza, inmensa rabia y ludicidad de palabras para denunciarcomunicar contenidos sociales que nadie quiere ver
(o de los que vemos pero nos retiramos por cansancio ).
un cordialabrazo.
Patricia r.
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