domingo, 27 de diciembre de 2009

LOS OLVIDADOS

He aquí un homenaje a los olvidados
cuyos estandartes y trompetas de guerra
han sido desterradas de las conciencias
para permanecer ocultos
en el último sanatorio de tuberculosos
de aquella foto de miradas perdidas
o en los tristes y polvorientos orfanatos
de sopas frías y trabajos forzados.


Los olvidados no pretenden reinventarse
no se intranquilizan frente a nada
y observan, imperturbables, el planeo de las carroñeras
no sonríen, no lloran, no aman, tampoco se suicidan
sólo esperan en viejas estaciones olvidadas
masticando viejas canciones pasadas de moda.

Los olvidados se sientan en mesas vacías
de espalda al cantinero y a los parroquianos
son boxeadores desdentados
o viejas vedettes con reumatismo trágico
como muebles baratos, no se resisten al paso de los años
y coleccionan añejos recuerdos
que nadie se atrevería a desenterrar
por eso mismo han sido imprescindiblemente olvidados
como las masacres indígenas
como las relaciones incestuosas
o los excesos de los poderosos.

Nacieron y morirán olvidados
sin biografía ni efeméride
y las leyendas de sus lápidas se borrarán indefectiblemente
mientras los amnésicos gusanos dejarán intacta su carne
convirtiéndolos en inencontrables momias

por tanto, no serán parte de ninguna historia
sino entes anónimos, infinitamente anónimos.