jueves, 5 de junio de 2008

La curtiembre



Medio vivo medio muerto por bulevares del desconcierto
ni cuerpo deriva sangrante
ya que vengo recién saliendo de la curtiembre
donde fui despellejado vivo
y pude ver, a vista y paciencia de la sociedad de consumo,
como mi piel era machacada, puesta en sal en la curtiembre
y luego ofrecida al sol y a las moscas de la curtiembre.

Jamás olvidaré aquel hedor de la curtiembre,
ni la piedra de machacar, ni la sal, ni las moscas de la curtiembre
porque me despellejaron vivo a vista y paciencia de la inspección del trabajo,
a vista y paciencia de las reformas laborales y el sueldo mínimo,
me despellejaron en la curtiembre para fabricar chaucheras y corsés:
artículos de lujo para atraer a otros desgraciados a la curtiembre
que terminarán como yo: entrando y saliendo de la curtiembre,
como iguanas, despellejándose una y otra vez para la curtiembre.

todos los que han estado una y otra vez en la curtiembre
actúan como si jamás hubiesen puesto un pie en la curtiembre;
y a los señores de la curtiembre no les interesa ni tu carne ni tus interiores,
sólo les interesa despellejarte vivo, machacarte la piel en la curtiembre
y acelerar la regeneración para que ingresemos una y otra vez a los pabellones de la curtiembre.
Lo primero que te quitan son los párpados
para que jamás ingrese alguien dormido al mesón de la curtiembre
y te despellejan vivo para hacer spots televisivos de la faena de la curtiembre.

Machacan tu piel, la machacan una y otra vez los empleados de la curtiembre,
porque a los señores de la curtiembre no les gusta ensuciarse las manos,
sólo diseñan estrategias para aumentar la producción de la curtiembre
y hay que decirlo, los empleados, la mayoría de las veces, terminan descuerados también en la curtiembre.
No sé si sea bueno o malo, pero nadie termina muerto en la curtiembre,
al menos no en el corto plazo,
en algunas oportunidades eres despellejador, en otras despellejado.
puedes despellejar a tu esposa, a tus hijos o quizá ellos terminen despellejándote a tí,
porque así es la vida en la curtiembre,
es un ir y venir,
porque salimos y entramos una y otra vez a las dependencias de la curtiembre,
entramos para que nos despellejen vivos en la curtiembre,
para que nos rajen la piel en la curtiembre

y la machaquen, la machaquen una y otra vez.