Presentación de “Gesto Mecánico” de Karen Hermosilla Tobar
Biblioteca Regional del Maule.
Karen Hermosilla Tobar es poeta y periodista y aunque nació en Santiago y vivió algunos años en la inhóspita Talca, reside en la calle más antigua de Valparaíso. Es colaboradora permanente de diversos medios de comunicación, entre ellos: The Clinic, El Mostrador, Punto Final, El Ciudadano, Clarín, entre otros.
“Gesto Mecánico” de Ediciones Cataclismo es su primera obra. Gestada gracias a su talento, vigor crítico y, no seamos malagradecidos, a una Beca de Creación Literaria otorgada por el Consejo Nacional del Libro y La Lectura en el año 2008. No se equivoca Sergio Madrid Sefield, en el prólogo, al decir que “no estamos acostumbrados a una voz femenina tan bizarra y calentona, y al mismo tiempo tan política, como la que tenemos entre manos”.
El libro está parcelado en tres partes donde se conjugan diversas atmósferas y temáticas. La “Mueca Sardónica” es un tour de force hacia lo desconocido intrauterino, en él se aprecia un descarnado humor negro que descompagina la visión común del cortejo y de la cópula sexual, valiéndose de un lenguaje procaz que pica como cacho de cabra. Lo anterior, a mi juicio, queda ejemplificado en los versos del poema “Lesbianicafeminística o el Despecho por ser dimitida por una rubia tonta pero especialista en sexo anal”: “…Calzonudos en busca de la hembra viril/ de la jovenzuela tres cocos/ de la maraca y santa que siempre seremos/ (…) Tu sexo no me dice más/ que estás gritando magníficas imprecaciones/ a un Dios que no existe/ a un hombre gigante que te ordena erectarte.”
El segundo apartado se denomina “La Esquizofrénica Totalidad”, conjunto de imágenes variadas, donde se vislumbra una postura política clara, sin miedos ni regodeos y que recoge tópicos abordados en sus colaboraciones en diarios y revistas. Poemas como “Matadero” nos sitúan en el triste escenario del mal llamado progresismo, con una óptica lúdica e ingeniosa, que no se conforma con el dato local, sino que universaliza su contenido:”El cavernario cazaba animales/ y no era un idiota como el Hemingway/ en las verdes colinas de África/ El cavernario actuaba en ritual caníbal vengando su sed sanguinaria/y no por ello era una solapada bestia comunistademocratacristiana.”
En el último segmento, “Mascarón de Popa” se llama, confluyen versos atiborrados de desencanto y desgano frente a episodios tragicómicos de la infancia y de la presente cotidaniedad. Desde mi humilde punto de vista, ahí radica la grandeza de “Gesto Mecánico”, se constituye como una obra dual ya que es personal y universal al mismo tiempo, la autora con mucha audacia muta de niña a mujer, de mujer a hombre, de feminista a misógino, de explotado conciente a inconsciente, de victima a victimario. La inercia del gesto mecánico no es otra cosa que una respuesta frente al triste devenir del homo chilensis, individuo enajenado, esclavo de la sociedad de consumo, transculturizado e incapaz de amar y, claro, ahí está la Karen para enrostrárnoslo. A Afirmarse los cinturones, señoras y señores, porque hoy tendremos la maldita rica experiencia de escuchar parte de esta reveladora obra.
Biblioteca Regional del Maule.
Karen Hermosilla Tobar es poeta y periodista y aunque nació en Santiago y vivió algunos años en la inhóspita Talca, reside en la calle más antigua de Valparaíso. Es colaboradora permanente de diversos medios de comunicación, entre ellos: The Clinic, El Mostrador, Punto Final, El Ciudadano, Clarín, entre otros.
“Gesto Mecánico” de Ediciones Cataclismo es su primera obra. Gestada gracias a su talento, vigor crítico y, no seamos malagradecidos, a una Beca de Creación Literaria otorgada por el Consejo Nacional del Libro y La Lectura en el año 2008. No se equivoca Sergio Madrid Sefield, en el prólogo, al decir que “no estamos acostumbrados a una voz femenina tan bizarra y calentona, y al mismo tiempo tan política, como la que tenemos entre manos”.
El libro está parcelado en tres partes donde se conjugan diversas atmósferas y temáticas. La “Mueca Sardónica” es un tour de force hacia lo desconocido intrauterino, en él se aprecia un descarnado humor negro que descompagina la visión común del cortejo y de la cópula sexual, valiéndose de un lenguaje procaz que pica como cacho de cabra. Lo anterior, a mi juicio, queda ejemplificado en los versos del poema “Lesbianicafeminística o el Despecho por ser dimitida por una rubia tonta pero especialista en sexo anal”: “…Calzonudos en busca de la hembra viril/ de la jovenzuela tres cocos/ de la maraca y santa que siempre seremos/ (…) Tu sexo no me dice más/ que estás gritando magníficas imprecaciones/ a un Dios que no existe/ a un hombre gigante que te ordena erectarte.”
El segundo apartado se denomina “La Esquizofrénica Totalidad”, conjunto de imágenes variadas, donde se vislumbra una postura política clara, sin miedos ni regodeos y que recoge tópicos abordados en sus colaboraciones en diarios y revistas. Poemas como “Matadero” nos sitúan en el triste escenario del mal llamado progresismo, con una óptica lúdica e ingeniosa, que no se conforma con el dato local, sino que universaliza su contenido:”El cavernario cazaba animales/ y no era un idiota como el Hemingway/ en las verdes colinas de África/ El cavernario actuaba en ritual caníbal vengando su sed sanguinaria/y no por ello era una solapada bestia comunistademocratacristiana.”
En el último segmento, “Mascarón de Popa” se llama, confluyen versos atiborrados de desencanto y desgano frente a episodios tragicómicos de la infancia y de la presente cotidaniedad. Desde mi humilde punto de vista, ahí radica la grandeza de “Gesto Mecánico”, se constituye como una obra dual ya que es personal y universal al mismo tiempo, la autora con mucha audacia muta de niña a mujer, de mujer a hombre, de feminista a misógino, de explotado conciente a inconsciente, de victima a victimario. La inercia del gesto mecánico no es otra cosa que una respuesta frente al triste devenir del homo chilensis, individuo enajenado, esclavo de la sociedad de consumo, transculturizado e incapaz de amar y, claro, ahí está la Karen para enrostrárnoslo. A Afirmarse los cinturones, señoras y señores, porque hoy tendremos la maldita rica experiencia de escuchar parte de esta reveladora obra.
Gustavo Palavecino Cáceres.